De nada sirve tu conocimiento y sabiduría, si no la aplicas a tu vida diaria…

De nada sirve que hables del Amor, si realmente no lo sientes y no lo transmites…

De nada sirve que hables de paz y armonía, si actúas a sabiendas que con tus actitudes generas discordias y conflictos en tus hermanos…

De nada sirve que seas un magnífico predicador, si no haces lo que predicas…

De nada sirve que manifiestes a viva voz que hemos venido a ser felices, si no sientes la felicidad de tu hermano como propia…

De nada sirve que invoques a Dios en todo, si no ves a Dios y no lo sientes en todo…

De nada sirve que hables de Dios, si ni siquiera lo has descubierto en ti…

De nada sirve autoproclamarte hijo de Dios, si no te comportas como tal…

Aún así, seas o no consciente de lo que digo, Dios está en ti…