Tú no eres tu color de ojos, tu apellido o el color de tu piel. No eres el colegio al que tuviste el privilegio de ir. No eres tu título universitario o tu doctorado. No eres el cargo que tienes dónde trabajas. No eres el carro que manejas o la casa donde vives…
Tampoco tus viajes, ni todo lo que compraste en ellos. No eres tus conexiones, tú monto salarial o tu dinero. No eres con quién te casaste, lo que ostentas o los estándares sociales por los que te riges. No eres la imagen o el estatus que quieres demostrar en tus redes sociales…
Entiende de una vez, que nada de eso te hace mejor que nadie, porque nada de eso habla en realidad de quién tú eres…
Tú eres la amabilidad que expresas al hablar. Eres el perdón que otorgas cuando alguien te ofende. Eres la empatía que tengas ante cualquiera que pase un momento difícil. ESO TÚ ERES…
Eres la generosidad que tienes al compartir lo que no te sobra con alguien que lo necesita. Eres la tolerancia que tienes ante alguien más que te impacienta. También eres la humildad de no hacer sentir a otros menos que tú. Eres la inclusión al no discriminar a otros que no pueden hablar…
Eres la gentileza qué muestras ante otras personas que no pueden hacer nada por ti. Eres la bondad que muestras ante un niño, un adulto mayor o cualquier animal. Eres la inteligencia emocional que proyectas al pensar antes que hablar para no herir a alguien más…
También eres la palabra de consuelo que transmites a alguien que se encuentra en el suelo y se siente derrotado. Eres el coraje y el amor que le contagias a una persona que no se siente valorada. Eres la sonrisa que le brindas a un desconocido cuando pasa por tu lado caminando. Eres el brazo de apoyo honesto que compartes con otro ser humano…
También eres la madurez y la armonía con la que llevas la vida entre lo que dices y lo que haces. Eres la sinceridad cuando miras a otro a los ojos y le dices te amo, te amo no por obligación ni por inercia, sino de verdad te Amo sabiendo lo que Amar significa. Y EN ESTÁ VIDA, ESO, ESO TÚ ERES…