A menudo en el camino espiritual nos encontramos con una serie de procesos, donde identificamos esas partes de nuestro Ser que deben ser sanadas…
Desde programaciones inconscientes, hasta traumas, dudas existenciales o «trastornos» psicológicos…
La iluminación aparece como un camino profundamente deseado, para resarcir nuestro dolor y pasar a un estado de paz, felicidad y gozo constante…
Así, nuestro ego nos atrapa de nuevo en el mundo en el que opera, del espacio-tiempo, la dualidad, la dimensión tridimensional…
¿Qué necesita el ego para ser feliz? Un carro, una casa, ropa lujosa, llenarse de amistades, una pareja, dinero, reconocimiento, fama, poder, y así una lista interminable de situaciones que, siendo aspectos de la vida externos a nuestro Ser, nos alejan de la felicidad viéndola como algo completamente alejado de nuestras posibilidades…
¿Por qué preocuparnos o esperar estar aquí o allá, tener esto o aquello para ser felices?
Eso se vuelve una rueda interminable de insatisfacciones concretadas…
A pesar de haber incursionado en el camino espiritual, nuestros deseos, sueños y metas siguen siendo egoicos, siempre enfocados a lo externo, es por eso que nuestros planes se ven frustrados frecuentemente…
Pero, ¿Qué necesita el Ser para encontrar la felicidad? Nada…
El Ser ya Es, aquí y ahora, por lo tanto, el estado de gozo, plenitud y sabiduría siempre vienen con él, como virtudes añadidas…
Todo lo que necesitas ya te rodea, lo que es perfecto para tu evolución está sucediendo a cada momento, la felicidad está en el balance de tu Ser…
Escapa a la banalidad, descansa de lo exterior y adéntrate a lo eterno, descansa en tu interior…
La iluminación ocurre a cada instante, conéctate a todo lo que está ocurriendo aquí y ahora y sal de la trampa de los sentidos…