Así es, poner límites desde el amor es una forma de cuidarte a ti mismo y cuidar tus relaciones, sin recurrir a la culpa, la agresividad o el rechazo…
Es reconocer tu propio valor, tus necesidades y tu bienestar, al expresar lo que no quieres en tu vida, con firmeza pero con respeto, con claridad y sin herir…
Significa decir “no” cuando algo te hace daño o te desgasta, aunque temas decepcionar o perder el afecto del otro…
También significa decirte “sí” a ti mismo, a tu paz, a tu dignidad y a lo que mereces…
Desde el amor, los límites no son barreras para castigar, sino puentes que permiten relaciones más auténticas y equilibradas…
Son una forma de enseñarle al otro cómo deseas ser tratado, sin necesidad de gritar, controlar o retirarle tu amor…
Poner límites desde el amor es un acto de responsabilidad emocional contigo mismo y con los demás…
No es egoísmo, es autocuidado; no es rechazo, es honestidad; no es separación, es la base para una conexión sana y verdadera…