La palabra proviene del sánscrito y es utilizado cómo saludo sagrado; cómo muestra de reverencia; se acompaña con el gesto de juntar las palmas de las manos en el centro del pecho en forma de oración…

Este gesto esconde un mensaje sagrado, Dice:

“Mi SER interno saluda a tú SER interno. Mi Alma saluda a tu Alma. Desde lo profundo de mi Alma, sé que ambos procedemos de la misma Energía Creadora…

Al hacerlo trascendemos la apariencia y vemos el Ser esencial…

No veo en ti, ni en mí división; no nos dividen ni el color de tú bandera, ni tú nacionalidad; no nos dividen el estatus social, ni sexo, ni religión; tampoco nos dividen las creencias, ni etiquetas. “Reconozco en ti, lo que veo y reconozco en mi” …

Somos hermanos en la Única Vida de la cual toda vida proviene, venimos de la misma Fuente Creadora, del mismo Dios, gestados por la misma energía, somos UNO e iguales en esencia con el UNO ÚNICO…

NAMASTÉ es uno de los saludos que llaman a la unificación, y la Unidad inseparable con la Vida Toda…

Cuando decimos Namasté desde el corazón, le estamos abriendo la puerta de nuestro Espíritu a las Almas que saludamos…

Le decimos:

¡Recibe una bendición infinita desde mi Alma!…

NAMASTÉ!