LLEGA UN MOMENTO EN LA VIDA

En que ya no sientes la necesidad de demostrarle nada a nadie…

Con los años, dejas de correr tras la aprobación ajena…

Te liberas de cargas que no te correspondían ni te corresponden ahora…

Te cansas de explicar lo que nadie quiere escuchar…

De esperar sinceridad donde solo hay máscaras…

De compartir espacios con personas que están, pero no contigo…

Te cansas de esperar mensajes que nunca llegan…

De esperar disculpas que no aparecen…

Y solo entonces, es cuando eliges el poder de la paz y el silencio en vez de la discusión…

Eliges brillar con más fuerza, porque sabes que estás en el camino correcto…

No tienes que demostrar nada, porque haz recuperado tu fuerza interior…

Comprendes que el mayor acto de amor propio, no es poner a otros por encima tuyo…

Es más bien, dejar de hacerlo para priorizarte, porque sabes que eso no se llama egoísmo sino amor propio, se llama sanación…

Y es entonces, cuando todo cambia porque te has sanado, porque eres auténtico, porque te amas de verdad y te deleitas con tu propia presencia…