En la India se enseñan las «Cuatro Leyes de la Espiritualidad»:
l. La persona que llega es la persona correcta.
Es decir que nadie llega a nuestras vidas por casualidad, todas las personas que nos rodean, que interactúan con nosotros, están allí por algo, para hacernos aprender y avanzar en cada situación…
II. Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido.
Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos sucede en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle más insignificante. No existe el «si hubiera hecho tal cosa hubiera sucedido tal otra». No. Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así, para que aprendamos esa lección y sigamos adelante. Todas y cada una de las situaciones que nos suceden en nuestras vidas son perfectas, aunque nuestra mente y nuestro ego se resistan y no quieran aceptarlo…
III. En cualquier momento que comience es el momento correcto.
Todo comienza en el momento indicado, ni antes, ni después. Cuando estamos preparados para que algo nuevo empiece en nuestras vidas, es allí cuando comenzará…
IV. Cuando algo termina, termina.
Simplemente es así. Si algo terminó en nuestras vidas, es para nuestra evolución, por lo tanto, es mejor dejarlo, seguir adelante y avanzar ya enriquecidos con esa experiencia…
Que haya paz en tu interior…
Que confíes en que eres exactamente aquello que estás destinado a ser…
Que no te olvides de las infinitas posibilidades que nacen de la fe en Dios…
Que puedas usar los dones que has recibido y pasar el amor que has recibido…
Que puedas estar contento contigo mismo del modo en que eres…
Que este conocimiento se asiente en tus huesos y permita a tu alma la libertad de cantar, bailar, rezar y amar…
Está allí para todos y cada uno de nosotros…