He aprendido a no resistirme a lo que es, a permitir que el momento presente sea, a aceptar la naturaleza impermanente de todas las cosas y los estados. Así he encontrado paz…

No ofrecer resistencia a la vida, es estar en un estado de gracia, tranquilidad y ligereza. Este estado no lo determina el exterior…

Cuando desaparece la dependencia interna de la forma, la situación general de la vida mejora enormemente…

Las cosas, personas o situaciones que creíamos necesitar para ser felices, ahora llegan sin esfuerzo de nuestra parte y somos libres de disfrutarlas y apreciarlas mientras duren…

Todas esas cosas evidentemente, seguirán teniendo un final, los ciclos irán y vendrán, pero cuando desaparece la dependencia, desaparece también el miedo a la pérdida y la vida fluye con tranquilidad…

El Ser te lleva más allá de los polos opuestos de la mente y te libera de la dependencia de la forma, dónde entonces deriva la felicidad…

Aunque todo colapse y se derrumbe a nuestro alrededor, puede que no nos sintamos felices, pero estaremos en paz…