II BUSCANDO UNA EXPLICACIÓN

Al paso de los años experimenté miles de situaciones, caí en las cosas mundanas y mi espíritu quedó profundamente entristecido, hubo seres con pensamientos egoístas y tan desagradecidos. Me enseñaron que existe la indiferencia, la envidia, el egoísmo, la burla, la mentira, el desprecio, la violencia, la hipocresía, el olvido, el odio y aprendí tantas cosas feas, aprendí bien que es todo eso.

Aprendí a cada paso viviendo cada una de esas cosas, llorando en silencio, cayéndome y volviéndome a levantar, respirando profundo y levantando los ojos al cielo en busca de respuestas.

Busqué calmar el ánimo y mejorar mis días, siempre tratando de encontrar una explicación de las personas que veía a diario y que no se daban cuenta de su importancia en el relato de mi vida.

Cuesta aprender y ver lo que los ojos del alma ven, me sentía tan impotente ante la crueldad, pero había que continuar con mucho peso sobre los hombros.

No me sentía querida y eso me hizo creer que no valía nada y que no era digna de amor, sentía que me hacían un favor por cuidarme, favor que tuve que pagar con mi sumisión y una vida de auto-anulación, donde yo no contaba, sólo contaban las necesidades de los demás.

Todo esto me llevó a crearme un mundo de fantasías en donde me sentía menos amenazada y a una serie de exigencias conmigo misma buscando la perfección en todo, pero así y todo parecía que nada era suficiente.

¿Qué podía hacer? ¿Resignarme por completo a lo que sentía o deseaba? ¿Rechazar mi propio ser para únicamente cumplir las expectativas de los otros que día a día se volvían más inalcanzables? ¿Retraerme en mi soledad hasta esos momentos mi mejor amiga y vivir dentro del silencio de esta soledad deseada que era el único lugar donde me encontraba protegida?