EL CAMINO DEL ANHELO ESPIRITUAL
Este Camino no está hecho de excesos, es simple como los senderos de montaña, pero requiere de la misma prudencia que tiene el montañista; pues su simpleza puede engañarnos y hacernos desbarrancar…
A veces, por querer despertar caemos en la trampa de dormirnos aún más, soñando que despertamos…
Sin embargo, es posible que esa etapa de confusión también sea necesaria para hallar el Camino, cómo una invitación explícita a ejercer la modestia…
El Camino no necesita prisa, sino constancia, porque el Camino no está hecho de fuegos artificiales, es más bien una brasa que se sopla suavemente todos los días, para que siempre arda…
El Camino es sereno, sin fanatismos como dicen los antiguos, es un camino de una línea recta…
Buscar «experiencias fuertes» puede convertirse en un obstáculo, porque uno puede terminar volviéndose un coleccionista de alas de mariposas, sin nunca poder volar…
Poco sé del Camino, pero desde mis propias confusiones comprendí que el Camino no tiene atajos, porque el único atajo es el Camino mismo…