ANDAR SENCILLO

He preferido muchas veces el andar sencillo con paso firme, aunque no sepa el destino…

Porque en el fondo, lo que busco no está afuera, y aunque el mundo me proponga mil teorías, aunque otros vivan por saber el porqué de todo,
yo he aprendido a escuchar lo que no se dice…

Muy dentro de mi mente, allí donde no llegan las voces del ruido ni los dogmas del mundo, hay un susurro, una respuesta suave…

Una respuesta sin forma, sin lógica, pero cargada de sentido, de una certeza que no se razona sino que se abraza…

Es como si mi alma supiera algo que mi mente no puede explicar; como si en ese silencio interior viviera una antigua sabiduría, una paz que no necesita ser entendida para ser real…

Y entonces, dejo de preguntar, no por ignorancia, sino por confianza, porque hay veces en que vivir en paz es más sabio que saberlo todo…

No soy de las que se hacen muchas preguntas existenciales, no porque no las tenga, sino porque sé que cada respuesta abre nuevas puertas, y detrás de cada puerta hay otra pregunta, y otra más, una escalera sin fin que conduce, no siempre a la verdad, sino al vértigo de lo incierto…