El perdón verdadero es un acto profundo y consciente de liberación, tanto para quien perdona como para quien es perdonado…
No se trata simplemente de negar, olvidar o justificar lo que pasó, sino de decidir soltar el resentimiento, la ira o el deseo de venganza, aun cuando el daño haya sido real y doloroso…
El perdón verdadero no minimiza ese dolor; es más bien un acto voluntario que surge de una decisión personal de no cargar más con el peso del rencor…
El perdón genuino libera emocionalmente a quien lo ofrece del control que el pasado o la otra persona podrían tener sobre su bienestar emocional…
No siempre implica reconciliación, puedes perdonar sin necesariamente volver a vincularte con quien te hizo daño…
La reconciliación requiere confianza y voluntad mutua; mientras que el perdón es unilateral…
El perdón no elimina el recuerdo del dolor, pero puede cambiar cómo se vive ese recuerdo para encontrar paz en lugar de caos…
En esencia, el perdón verdadero es un acto de amor propio y de libertad…