Absolutamente todo lo que de nosotros sale, a nosotros nos regresa; por qué es a nosotros a quien nos pertenece y a nosotros a quien nos afecta…
Todo lo que haces, piensas o dices del resto del mundo, te está definiendo a ti y es a ti a quien volverá; convirtiéndose en una rueda o círculo del que no es fácil escapar o romper, porque creemos que todo lo que vemos le pertenece al exterior…
Lo que ves afuera y a tu alrededor, es justo lo que tienes dentro de ti; todo eso externo a lo que tu mente le presta atención juzgando o valorando, es exactamente lo que existe en tu interior…
Si quieres conocerte, ponle atención a tu entorno, a todo lo que tu mente observa, y estarás frente a un retrato de ti mismo, un dibujo exacto de tu interior…
Lo que está afuera, es un reflejo de lo que tienes dentro y para romper este círculo y cambiar nuestro destino, debes conectarte con ese lugar dónde emergen esos pensamientos y se manifiestan como forma visible…
Es necesario que observes tus pensamientos permanentemente, los estudies, los controles; que seas consciente del momento exacto en que el aviso llega a tu cuerpo físico a través de una sensación desagradable, el momento justo en que surge la negatividad en tu mente…
Un pensamiento negativo que no te conviene será perjudicial para ti, por lo que tan pronto como te llegue el aviso y lo reconozcas, de inmediato lo descartes y reemplaces por su equivalente mental o pensamiento positivo de lo que verdaderamente deseas en tu vida…
Cultiva las semillas de la alegria, la paz, la empatía, la compasión, el perdón, el amor…
Solo el interior dirige tu camino, porque todo está en ti, todo depende de ti y todo lo que sale de ti, vuelve a ti…