Confiar significa entregarse a una situación, a una persona o a la Vida misma, con la certeza o disposición interior de que todo estará bien, aunque no se tengan todas las respuestas…
Es un acto de apertura del corazón que implica soltar el miedo, la duda y la necesidad de controlar, permitiendo que la Vida te sostenga…
Confiar no es ingenuidad; es una elección consciente que se hace a pesar de las heridas de las experiencias pasadas o de la incertidumbre…
Es decirle a la vida. aunque no veas el camino completo, doy el siguiente paso…
Cultiva la confianza conectándote contigo mismo cada mañana, dedicándote unos minutos al despertar para respirar conscientemente y decir frases como: Estoy a salvo. Confío en la vida y en mí. Todo lo que necesito se me revela en el momento perfecto…
Esto anclará tu día en una energía de seguridad interna y cada vez que notes que estás queriendo controlar demasiado (a las personas, los tiempos o los resultados) haz una pausa, respira y pregúntate ¿Qué pasaría si confío en que esto también tiene un propósito?…
Repítete afirmaciones de confianza para reprogramar tu mente, como:
Confío en el proceso de la vida. Me entrego con amor a lo que no puedo controlar. Soy guiada desde dentro.
Haz una lista de situaciones difíciles que viviste y lograste atravesar, y verás cuántas veces la Vida te sostuvo. Esas memorias serán un ancla para tu confianza en el presente…
Actúa desde el corazón, no desde el miedo y cuando tengas que tomar una decisión pregúntate ¿Esto viene del amor o del miedo?…
Elegir desde el amor, fortalece tu confianza en ti mismo y la confianza en el proceso de la Vida…