Cuándo te pido que escuches y empieces a darme consejo, no has hecho lo que te pedí…
Cuándo te pido que escuches y empiezas a decirme porqué no debería sentirme así, estás pisoteando mis sentimientos…
Cuándo te pido que escuches y sientes que tienes que hacer algo para resolver mi problema, me has fallado, aunque te pueda parecer tan extraño…
¡Escucha! todo lo que te pedí que hicieras fue escuchar, no hablar, ni hacer, simplemente escucharme…
Puedo valerme por mí mismo, no soy incapaz, quizás estoy desalentado o titubeante, pero no soy incapaz…
Cuándo haces algo por mí que necesito hacer por mi mismo, contribuyes a mi miedo y debilidad; pero cuando aceptas como un hecho que siento lo que siento, no importa lo irrazonable que parezca, entonces puedo dejar de tratar de convencerte y continuar entendiendo lo que hay detrás de ese sentimiento irracional; y cuando éste se aclare, las respuestas se vuelven obvias, y no necesitaré ningún consejo…
ESCUCHA