La espiritualidad es mirar a tu vecino y comprender que su mal humor es causa de su dolor, y no sentirte ofendido…
Espiritualidad es que las cosas no salgan como tú deseas y aceptar que así ha de ser para tu aprendizaje…
Espiritualidad es vivir en la alegría o en el silencio o en el bullicio o en la tormenta o en la luz o en la oscuridad. Vivir lo que la vida te propone, sin pretender que sea otra cosa…
Espiritualidad es comprender que si te enfermas, no sólo hay que atender los síntomas físicos, sino también ver que emociones no estás gestionando, y entender que lo que hace tu cuerpo es mandarte un mensaje…
Espiritualidad es caminar disfrutando de cada paso del camino, independientemente de lo que te suceda…
Espiritualidad es atender las emociones sin identificarte con ellas…
Espiritualidad es cuidar tus pensamientos y tus palabras. Es ser coherente y mantener la autenticidad en todos los ambientes y en todas las circunstancias…
Espiritualidad es abrazarlo todo. Es amar el mundo tal y como es, con todo lo que contiene. Sin juzgarlo, sin quejarte, sin poseer…
Espiritualdad es compartir, es estar en paz, es dejar que cada uno viva como le plazca…
Espiritualidad es comprender que nada es real y que a la vez, hay que ser impecables a la hora de jugar la partida de la vida…
Y no hablo de religión, no hablo de dogmas, no hablo de pecados, no hablo de creencias, no hablo del bien y del mal, no hablo de iglesias, ni de maestros, ni de normas…
Hablo de lo que late cuando consigues parar y mirar hacia dentro, y te das cuenta de que no tendría sentido la vida, si sólo fuéramos materia…
Si sólo estuviéramos aquí para pasar el rato…
Si sólo fuéramos un puñado de carne, de vísceras, de arterias…
Si sólo fuéramos un deseo atrapado en un cuerpo, sin un alma que anhela sentir de nuevo, el amor del que sin duda forma parte…
-Martin Virasoro-