El Perdón tradicional consiste en “dejar atrás lo que ya pasó”, pero mientras creamos que algo malo pasó, todavía seguimos considerándonos víctimas…
Esto se presenta como una lucha entre dos energías conflictivas:
La necesidad de condenar, contra el deseo de perdonar…
El Perdón Radical es virtualmente instantáneo, fácil de alcanzar y puede lograrse usando unas simples herramientas…
No es algo que tenemos que hacer, es más bien un punto de vista espiritual que estamos dispuestos a tomar…
Perdonar es renunciar al dolor, es soltar la pena…
Perdonar es no ofrecer resistencia a la vida, es permitir que la vida viva a través de ti…
Cuando perdonas verdaderamente, recuperas el poder que habías cedido a la mente…
La mente no puede perdonar. Sólo tu puedes hacerlo…
No puedes perdonarte verdaderamente, ni perdonar a los demás, mientras extraigas del pasado tu sentido de identidad…
Solo accediendo al poder del ahora, que es tu propio poder, puede haber un verdadero perdón…
Esto quita poder al pasado, y te das cuenta verdaderamente de que nada de lo que hiciste, o de lo que se te hizo, podría dañar en lo más mínimo la radiante esencia que eres…
Entonces, el perdón mismo se vuelve innecesario y ocurre simplemente como consecuencia de abrirnos a la posibilidad de que todo pasa por una razón y que todo es perfecto…
Cuando te rindes a lo que es y estás plenamente presente, el pasado ya no tiene ningún poder. Y es cuando nos abrimos a una interpretación bastante diferente de lo que está pasando…
Ya no lo necesitas más. La clave es la presencia. La clave es el ahora…