El miedo sólo existe en nuestras propias mentes y crece de acuerdo al alimento que le demos. Sólo hay dos emociones “Amor y miedo”…
El Amor es divino; el Amor es la actividad de Dios y la única energía en la que Dios existe…
El miedo, es una herramienta del ego, está fundado en la creencia de que estamos separados de Dios, separados los unos de los otros, sintiéndonos inferiores o inadecuados…
Piensa en ello. ¿Cuándo se te pide o se espera que hagas algo, para lo que no crees que estés capacitado o que merezcas, no es el miedo la primera emoción que experimentas?…
Miedo de ser abandonado, miedo de ser ridiculizado, miedo de que alguien te retire su amor, miedo de ser expuesto como alguien sin valor o incapaz…
En lo más profundo de nuestro ser, no nos gusta sentirnos de esta forma, así que negamos lo que sentimos…
Fallamos en darnos cuenta que la única manera de hacer a un lado el temor interno es amándolo…
Para amar el temor debemos llamar al Poder y la Presencia de Dios a nuestras vidas, o la situación particular, permitiendo que esta Presencia desvanezca el temor…
Di: ¡Estoy en medio del temor!
Yo sé que tú miedo, y yo, sabemos exactamente lo que quieres, pero desafortunadamente hoy no estoy de humor para tratar contigo…
Di: ¡Hola miedo! ¿Por qué te tomó tanto tiempo llegar aquí? Lo siento, pero no puedo alimentarte hoy…
Gentilmente relájate y susúrrale la verdad.
Di: ¡Dondequiera que estoy, ahí se encuentra Dios!…
En el momento que afirmes la verdad, verás cómo el miedo se desvanecerá…